San Martín de los Andes propone una amplia variedad de recorridos a pie para disfrutar de sus hermosos paisajes, con diferentes niveles de exigencia y dificultad. El sendero al Mirador Bandurrias es una caminata apta para un público amplio, que se adentra en la montaña siguiendo la Huella Andina y tiene dos posibles finales: un mirador con vista panorámica a varios cerros, y la oportunidad de conocer una playa paradisíaca.
El recorrido hasta el punto cumbre del mirador es de 5 kilómetros tomando como punto de partida el muelle ubicado en la cabecera del lago Lácar. Desde allí se continúa por la costanera en dirección opuesta a la Ruta Nacional Nº 234 (Ruta de los siete lagos) y tan solo dos cuadras después se toma la calle General Roca.
Una vez que se cruza el arroyo Pocahullo (en el puente hay un cartel indicador del mirador) hay que tomar el sendero que aparece después de la planta de tratamiento de efluentes cloacales al final de la calle Juez del Valle. Aquí, otro cartel informativo indica mapa y dificultades del recorrido. Unos metros más adelante está la tranquera que da inicio al sendero, hacia el interior del bosque que cubre la montaña.
El camino no representa un gran desafío, aunque tiene algunos ascensos y por momentos se abren numerosas sendas entre los árboles. Si bien el sendero lleva la marca de la Huella Andina (dos líneas, una verde y una blanca, que se encuentran pintadas en rocas, troncos y en carteles colocados en postes), en caso de surgir dudas es recomendable elegir siempre el camino de la derecha para así evitar encontrarse con un acantilado. Otro dato útil es mantener siempre la vista del lago a nuestra mano izquierda. Su belleza nos acompañará durante todo el paseo.
Tras una caminata de aproximadamente una hora llegaremos a una bifurcación en la que debemos elegir el camino de la izquierda para alcanzar el mirador. En este punto, encontramos también un puesto de la Comunidad Mapuche, donde se cobra una entrada ($1500) que sirve tanto para el mirador como para seguir por el camino hacia la playa “La islita”. También venden bebidas, panificados y brindan indicaciones para seguir camino o regresar.
El punto panorámico se forma en un peñón que alcanza los 800 m.s.n.m. Desde allí podrán ver la ciudad, el lago Lácar, los cerros Cte. Díaz, Curruhuinca, Abanico, Vizcacha, Sábana y Piedra del Trompul.
Una vez en el lugar, sentarse a contemplar el espejo de agua y la ciudad, les dará toda la energía que se necesita para regresar o, en caso de que quieran seguir paseando, retornar al cruce de caminos para llegar a la Islita y bañarse en las aguas del lago. Si optan por esta segunda opción, no se arrepentirán. El camino hacia la playa es de descenso, mayormente plano y abierto, entre bosques y casas de la comunidad. Se van a cruzar con ovejas, chivos, vacas, caballos y otros animales de corral. Hay pequeños arroyos que cruzan el camino y se sortean fácilmente, pero es importante llevar calzado adecuado para un camino de tierra (zapatillas con buena suela y agarre). Es imposible perderse en este segundo tramo porque solo hay un camino y está bien demarcado.
Tras una media hora más de caminata, desde que dejamos el mirador, llegamos a un punto en que el cartel nos indica un breve descenso hacia la playa. Es un espacio agreste en el que es muy importante acatar las recomendaciones del Parque nacional Lanín: sólo está permitido hacer fuego en los fogones habilitados dentro del área de camping, donde también hay baños y una pequeña proveeduría; y no hay recolección de residuos por lo cual es muy importante que cada visitante regrese con los suyo.
La vuelta se hace volviendo sobre nuestros mismos pasos, prestando atención a detalles de la naturaleza que a la ida se nos pasaron, respirando hondo el aire puro y disfrutando de un cuerpo relajado y lleno de endorfinas.